La Biodanza, danza de la vida

La Biodanza nace en Chile de la mano de Rolando Toro Araneda nacido en Concepción el 19 de abril de 1924, fue profesor de escuelas rurales en distintas localidades, pionero en su enfoque educativo que incorpora el arte, la creatividad y el juego en las didácticas pedagógicas con niñeces, gracias a ello comprendió el vínculo inminente entre la formas de educación y su impacto en la psicología del desarrollo de la identidad. Así llegó a la psicología, desde el arte que abre espacios para confiar en lo espontáneo.

A principios de los años 70, su paso por el escuela de Educación de la Universidad de Concepción y, luego, por Antropología de la Universidad de Chile, así como su cátedra de Psicología del Arte – llevando a cabo experiencias integrales para los internados del Hospital Psiquiátrico de Santiago- favoreció el encuentro con personajes visionarios de la época, artistas, poetas, intelectuales, cultivando propuestas totalmente rupturistas. Así nace la psicodanza que es la base del sistema de Biodanza que hoy se conoce en todo el mundo.

En 1974 se autoexilia y sale de Chile en busca de expansión para seguir nutriendo su propuesta de Biodanza, en Argentina, Brasil e Italia encuentra la resonancia que buscaba, trasvasijando experiencias y conocimientos compartidos en un modelo teórico cada vez más fortalecido, desde el arte, la ciencia y la psicología.

Vuelve a Chile a fines de los 90 y el año 2001 es nominado al Premio Nobel de la Paz. Muere en Chile el 19 de febrero del 2010. El 2024 se conmemora los 100 años del Natalicio de Rolando Toro en todo el mundo.

Aunque en Chile, lamentablemente la Biodanza aún no cuenta con el reconocimiento como terapia complementaria, lo que sí sucede en Brasil, por ejemplo, este sistema cuenta con cientos de escuelas que imparten la formación de Biodanza. Después de 3 años -bastante intensos, ya que es una formación vivencial donde se va incorporando en cada módulo el paradigma ecológico, que responde a la visión del ser humano en interrelación e interacción bidireccional y constante con diferentes entornos- se postula a la certificación internacional para ser facilitador o facilitadora de Biodanza.

La Biodanza se propone como una práctica semanal facilitada por un profesional que al tomar los emergentes del grupo, verbalizados al inicio de cada sesión en lo que llamamos “relato de vivencia”, diseña sesiones cuyo hilo conductor son estas percepciones y comprensiones compartidas, de modo que el grupo se vaya transformando en comunidad y, así, ése campo ecológico genere impacto en otros campos de la vida de cada integrante, ya que vivimos en un entramado de vínculos que nos traspasan y que, a su vez, cada uno de nosotros propiciamos. La idea de la autosuficiencia individualista y competitiva comienza a hacer ruido, cuando en algunos momentos de la sesión nos damos cuenta que al estar en plena presencia de un otro, rodeados por la música y el movimiento sensible, estamos en presencia de nosotros mismos, haciendo de espejos de nuestra existencia.

La Biodanza se aplica en diferentes espacios, como organizaciones de todo tipo, cuya especialidad se denomina Biodanza Organizacional, en escuelas con estudiantes y profesores, con Familias específicamente para reparar el vinculo familiar, con grupos humanos en diversos contextos, como inmigrantes, privados de libertad, y otras experiencias similares.

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